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miércoles, 17 de noviembre de 2010

OBTENCIÓN DE ÓRGANOS y CONSENTIMIENTO DEL DONANTE

En Estados Unidos se estima que no más del 15% de órganos de las 20.000 personas que podrían ser donantes es aprovechado para trasplantes. Entre las causas están la falta de consentimiento de los familiares, los problemas técnicos de las intervención y las contraindicaciones que no parecían existir en el momento de la evaluación clínica y también la actitud ocasional de los miembros del equipo de cuidados intensivos involucrados en la atención del futuro donante durante el período anterior al trasplante. En España, un 25% de los familiares se oponen a la donación de corazones de sus fallecidos. Lo ideal es que el propio donante dé previamente su consentimiento, aunque ningún procedimiento ha resultado ser enteramente satisfactorio. Entre los métodos utilizados, tanto las cartillas de donante, los testamentos vitales, como las señales identificadoras en el permiso de conducir, han tenido un éxito relativo. No todas las culturas perciben la donación de órganos de la misma manera: por ejemplo, en general, los individuos de raza blanca parecen más dispuestos a dar órganos que los asiáticos y todavía más que los de raza negra.
en por lo menos 13 países, entre ellos España, existen legislaciones de "consentimiento  presunto", según las cuales, a menos que el individuo no haya expresado previamente por escrito su deseo de no donar sus órganos, se presume que desea hacerlo. A pesar de ello, en España, el consentimiento familiar se recaba prácticamente en todos los casos. El consentimiento tácito parece haber aumentado las donaciones de órganos de algunos países, como Bélgica, en comparación a la situación anterior. Para aumentar el número de  donaciones se ha propuesto en Gran Bretaña dar prioridad, a la hora de trasplantar, a aquellas personas que han manifestado su deseo previo de donar sus propios órganos: sin embargo, se ha objetado que esta propuesta puede vulnerar el principio de la justicia.
Las dificultades para obtener el consentimiento de los familiares se originan también en las actitudes del personal hospitalario. Hay barreras que interfieren en la petición de donar órganos:
1) Falta de familiaridad con el procedimiento.
2) Impedimentos legales.
3) Sentimientos personales hacia las donaciones de órganos, especialmente la inhibición del personal médico ante el dolor de los familiares.
4) Sentimientos de culpabilidad al tener que mantener en condiciones vitales un paciente declarado como muerto y consentir además la mutilación de una persona que hasta entonces había sido tratada con la más avanzada tecnología para que viviera, suprimiendo todo tratamiento una vez extraídos los órganos. 
Los problemas emocionales que padecen las enfermeras son tan importantes o más que los de los médicos. No hay que olvidar tampoco que muchos familiares desean saber a dónde ha ido a parar el órgano del donado y cuál ha sido el resultado del trasplante.
Las creencias influyen sin duda en estas decisiones, ya que para muchos familiares la donación es entendida como la forma más alta de caridad. Pero, en otros casos, es posible que los sentimientos religiosos constituyan un inconveniente para la donación. Probablemente sea más eficaz que las peticiones de donación las haga una persona que no haya estado involucrada directamente en el tratamiento del futuro donante.

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